Pandemia COVID-19: situación de la DGP

Desde el momento que inició la cuarentena se hicieron todos los pedidos necesarios de elementos de bioseguridad e higiene; licencias extraordinarias para personal en riesgo, padres y madres a cargo de niños en edad escolar; y que se respete lo que establece el DNU. Esto fue para todos los sectores de la Dirección General Protección (DGP): hogares; ETI; CDyF; Mantenimiento y Producción; y direcciones administrativas.

Frente a esta situación, los trabajadores de CDyF sólo asisten a dar alimentos a los niños que concurren a estas instituciones.

En cuanto a los ETI, el personal que está cumpliendo funciones se divide para la atención semanalmente. No se realiza atención al público y sólo se atienden urgencias, o realizan entrevistas domiciliarias en situaciones que lo ameriten.

En cuanto al personal administrativo, se dividen para la atención semanalmente.

Tanto en las direcciones administrativas, como en los ETI y CDyF, se han respetados las licencias extraordinarias. Además, hay insumos insuficientes de bioseguridad e higiene, por lo que se pidió que se refuerce sobre todo con barbijos y alcohol en gel.

En el caso de los hogares, la situación es más compleja, ya que el 80% de los trabajadores que cumplen funciones en hogares es personal contratado, sean cuidadores o regentes a cargo de los hogares.

Están sobrecargados en horas y sin licencias extraordinarias en algunos casos, debido a la falta de personal (hay entre 1 y 3 cuidadores por turno, con un promedio de 15 niños x hogar). Sumado a la complicación generada por el hecho de que los niños están encerrados las 24 horas, ya que sólo salen a los turnos médicos.

Esto complica la convivencia interna ya que existen niños con patologías psiquiátricas que entran en crisis, tornándose violentos hasta con los cuidadores, que se ven agredidos a la hora de la contención.

Además, existen hogares que no cumplen con las condiciones edilicias adecuadas para albergar a los niños, ya que también existen situaciones de hacinamiento.

El mayor problema en la DGP es la situación precarizada de los trabajadores contratados, que tienen un sueldo de $16.000 y tienen que pagar monotributo; obra social; el seguro que tienen no es de cobertura total, es más, si un compañero tiene accidente laboral tienen que esperar meses para que les reintegren los gastos, si es que se los reintegran.

Además, existen situaciones de persecución. Cuando un trabajador denuncia o se queja por las malas condiciones, los despiden o cambian de lugar, si es que tienen suerte.

Los trabajadores contratados de la DGP están precarizados como todos los trabajadores contratados en la provincia de Mendoza. Es un padecer silencioso por miedo a perder su único ingreso y la dignidad.

La necesidad de los trabajadores y sus familias para el Gobierno Provincial nunca fue importante y ahora menos. El sindicato ha denunciado en infinidad de oportunidades esta situación de precariedad y persecución.

Son trabajadores que cumplen horas de más, que en muchas oportunidades realizan funciones que no les corresponden (cuidan, limpian, cocinan, trasladan, ayudan con tareas escolares, administran medicación, etc.) y nadie se las reconoce.

También arriesgan sus vidas cada vez que salen de casa para cuidar y proteger los derechos de los niños. Tienen que cumplir con su trabajo, esa es su obligación y vocación, pero para el Estado Provincial no tienen derechos. Evidentemente, el Gobierno no cumple con su responsabilidad y obligación de cuidar a los trabajadores y dignificarlos.

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